domingo, 8 de marzo de 2009

Rafael María Baralt: escritor, periodista, historiador, filólogo, crítico y poeta venezolano




Estudiante de la célebre Universidad de Bogotá, en el devenir del tiempo se realiza como escritor, periodista, historiador, filólogo, crítico y poeta. Se incorpora a la actividad política que en ese tiempo se ligaba a la militar (¿coincidencias con la época presente?). La República Dominicana lo designa como ministro plenipotenciario para pactar con España el tratado de reconocimiento de la nueva nación.
Este personaje, escritor e historiador, es hijo de Miguel Baralt y de la dominicana Ana Francisca Pérez. Como Fermín Toro y Juan Vicente González, Baralt nace sobre la fecha de la independencia, crece mientras se lleva a cabo la guerra e irrumpe en la vida pública y cultural del país cuando se ha disuelto la Gran Colombia.
Pero el escritor zuliano se incorpora a los hechos de otra manera: pertenece al ejército patriota siendo un adolescente y es testigo de la batalla naval del lago de Maracaibo (24.7.1823). Ello ocurre apenas vuelve de la isla de Santo Domingo de donde era oriunda su madre y adonde su familia lo había trasladado cuando era niño. Posteriormente, pasa a Bogotá (1826) a proseguir estudios, graduándose allí de bachiller y, de regreso a Maracaibo (1828), sigue en la milicia, compartiendo el cuartel con la lectura de los clásicos españoles. Oficial único de la Administración de Correos del departamento del Zulia, sirve como oficial del Estado Mayor y secretario del general Santiago Mariño en la Campaña de Occidente (comienzos de 1830). Por entonces realiza su primer trabajo de historiador: la ordenación de los documentos de campaña de Santiago Mariño.
Se introduce en las tensiones políticas de la región, uniéndose a quienes desean separar a Maracaibo de la Gran Colombia. Su traslado a Caracas, ya en la época del ciclo paecista, significa por una parte, la continuación de su carrera militar, la obtención del título de agrimensor y, por otra, la incorporación a la vida intelectual y cultural de la capital.
Baralt se asocia a las grandes personalidades del momento, participa en las actividades de la Sociedad Económica de Amigos del País y da a conocer en la prensa las prosas y artículos costumbristas que le aseguran rápidamente el prestigio de escritor y estilista.
Interviene al lado del gobierno de José María Vargas en la Revolución de las Reformas (1835) y hacia 1837, por iniciativa propia, comienza a investigar y acopiar los materiales que lo convertirán en historiador. Este empeño personal coincide con un interés colectivo: un proyecto intelectual de envergadura como es el que supone editar el Resumen de la geografía de Venezuela y el Atlas que prepara Agustín Codazzi. Como ha podido comprobarse fidedignamente, tanto en el estilo como en la conceptualización, la presencia de Baralt en este proyecto fue más que la de un simple colaborador. Así nace, con la participación de Ramón Díaz Martínez, el Resumen de la historia de Venezuela en 3 volúmenes, publicado en 1841 en París, adonde había viajado Baralt, comisionado por Codazzi, para ayudar a la elaboración y edición de los trabajos emprendidos.
De regreso de su misión editorial en París (agosto 1841) y siempre en calidad de experto, se le encomienda estudiar el problema de los límites venezolanos con la Guayana Inglesa, tema en el que ya Baralt estaba trabajando. Con tal fin viaja nuevamente a Europa, esta vez de manera definitiva (13.9.1841). Tiene 31 años. A las órdenes del ministro plenipotenciario Alejo Fortique, va a Londres y por último se radica en España.
De los archivos de Sevilla, viaja a Madrid (1845). Este desarraigo supone para Baralt el cumplimiento de su destino intelectual y literario. Hacia 1843-1844 escribe su oda Adiós a la patria y otros poemas. Se suma a los círculos literarios de España, hace abundante periodismo y se asimila a la vida política de ese país. El libro Poesías (1848), así como la recopilación de sus prosas políticas dispersas, comienzan a cuajar en una serie de volúmenes: Programas políticos, Historia de las cortes, Lo pasado y lo presente, Libertad de imprenta (1849), contando con la colaboración de Nemesio Fernández Cuesta. Sin embargo, como prosista reputado y autoridad en el estilo, del interés de Baralt no podía estar ausente el estudio y el conocimiento de la lengua española. En este campo, su labor lexicográfica se hizo famosa; a ella pertenecen el ambicioso prospecto de un Diccionario matriz de la lengua castellana (1850) y el Diccionario de galicismos (1855).
La verdadera apoteosis del autor ocurre el 15 de septiembre de 1853 cuando la Real Academia Española lo elige para ocupar el sillón vacante de Juan Francisco Donoso Cortés. En su discurso de incorporación, el escritor venezolano, tras hacer un examen de las ideas políticas de su antecesor, expone su doctrina de catolicismo liberal. El prestigio lo lleva a desempeñar cargos públicos importantes: la dirección del vocero oficial Gaceta de Madrid y la administración de la Imprenta Nacional (1854).
La República Dominicana, país en el que había pasado su infancia, lo designa como ministro plenipotenciario para pactar con España el tratado de reconocimiento de la nueva nación. Por circunstancias políticas, es violada su correspondencia oficial cuando se discute la interpretación del tratado. España lo desconoce como embajador, lo priva de sus cargos públicos y lo enjuicia (1857). Aunque es absuelto y reivindicado públicamente, su salud queda quebrantada y muere en Madrid a los 49 años. Sus restos reposan en el Panteón Nacional desde el 23 de noviembre de 1982.
ADIOS A LA PATRIA
(Estrofas)
Tierra del sol amada
Donde inundado de tu luz fecunda
En hora malhadada
Y con la faz airada
Me vio el lago nacer que te circunda.
No te duela mi suerte,
No maldigas mi nombre, no me olvides
Que, aun vecino a la muerte,
Pediré con voz fuerte
Victoria a Dios para tus justas lides
Dichoso yo si un día
A ti me vuelve compasivo el cielo,
I me da, patria mía
Digno sepulcro en tu sagrado suelo
Maracaibo (Edo. Zulia) 3.7.1810 - Madrid, 4.1.1860