domingo, 8 de marzo de 2009

José María Aurrecoechea: “Yo no soy, no puedo ser un traidor”




Venezolano, militar y revolucionario, defensor de la legalidad y héroe de la Independencia de Cuba
Este venezolano militar y revolucionario, nace en Puerto Cabello el 9 de abril de 1842. Realiza sus estudios en la ciudad de Caracas, en el colegio El Salvador del Mundo, dirigido por Juan Vicente González y Manuel María Urbaneja.
Tras los sucesos de la «Revolución de Marzo de 1858», se incorpora a la carrera de las armas bajo el mando del general Justo Briceño, defensor de la fusión liberal conservadora, en apoyo a Julián Castro, quien llega a la Presidencia de la República liderando la señalada revuelta.
En abril de 1858 lo encontramos en la campaña de Oriente contra José Gregorio Monagas. Luego es asignado al cuerpo de artillería, ingresando en calidad de adjunto a la Academia Militar, bajo las órdenes del comandante de ingeniero Carlos Mendoza.
En septiembre de 1859 participa destacadamente en el combate de Maiquetía, bajo la dirección del teniente de ingenieros Genaro Rafael Pereira. Pasa a integrar el batallón Convención donde alcanza el grado de capitán.
El 29 de agosto de 1861 el coronel José Echezuría, llegado del Tuy y estimulado por facciones paecistas, deponen al Presidente de la República Pedro Gual. Aurrecoechea no participa del golpe, mas se encuentra que los soldados bajo su mando están del lado de los amotinados. José María Aurrecoechea manifiesta su inconformidad y rompe su espada delante de Echezuría, diciéndole: Yo no soy, no puedo ser un traidor
Aurrecoechea es apresado y sometido a juicio. Logra escapar y se instala en La Habana. Pronto se alista en las filas de los insurgentes independentista de Cuba, enrolándose al lado de Carlos Manuel de Céspedes. Adquiere el grado de Mayor general del ejército independiente y general en jefe del distrito de Holguín. El 9 de diciembre de 1870 es delatado por un espía y capturado con su estado mayor en un bohío en la montaña de la Faja. Enjuiciado, es sentenciado a muerte, junto con Facundo Cable, su jefe de estado mayor. La prensa española le rinde tributo por su conducta heroica. Es fusilado el 11 de diciembre de 1870.