sábado, 21 de noviembre de 2020

Mujeres en la Independencia dominicana


 

El próximo 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer, el cual fue institucionalizado por la Organización de las Naciones Unidas el año de 1975 y escribimos este texto en el marco del Mes de la Patria que se conmemora entre el 26 de enero y el 27 de febrero, fechas en que se celebran durante este mes están la del natalicio de Juan Pablo Duarte, el nacimiento de Matías Ramón Mella, la Independencia nacional, la traída de los restos de Duarte al país desde Venezuela y la conmemoración del Día de la Bandera.

La mujer dominicana tuvo un papel protagónico en la Independencia de la República Dominicana, por lo que recordaremos algunas heroínas como justo homenaje a quienes en su momento supieron estar a la altura de la exigencia de la Patria.

Doña Micaela de Rivera (1785-1854), participó entusiastamente en los trabajos separatistas lo que incluyó la fabricación de cartuchos para los soldados que ofrecían su valor en el campo de batalla. También hay testimonio del aporte de sus prendas y haberes para la compra de los primeros buques que habrían de formar la flotilla nacional.

Doña Manuela Díez y Jiménez (1786-1858), madre del fundador de la República y por tal hecho, sufrió persecuciones, derramó lágrimas de dolor y sacrificó su patrimonio, dejando este plano existencia en la ciudad de Caracas, Venezuela.

Doña Josefa Antonia Pérez de la Paz (1788-1855), en su casa se instaló Juan Pablo Duarte el 16 de julio de 1838, la Sociedad Patriótica La Trinitaria. Fue madre de Juan Isidro Pérez de la Paz, uno de los más fieles partidarios de Duarte y de sus ideas nacionalistas.

María Baltasara de los Reyes (1798-1867), madre del ilustre general de marina, como se llamaba en algunas correspondencias militares, Juan Alejandro Acosta. En su casa se ocultó Duarte de la persecución de los haitianos en julio de 1843. El historiador Alcides García dice de la heroína: “Esta valentísima mujer, armada de un fusil, estuvo en la noche del 27 de febrero y madrugada del 28, de guardia en el Fuerte del Angelo, e hiso varias incursiones atrevidas hacia el rio”.

Doña María Trinidad Sánchez (1794-1845) destaca por su participación en la noche gloriosa del 27 de febrero de 1844 en el Baluarte del Conde. José María Serra, trinitario y febrerista, testimonia que la heroína “en su propia falda conducía pólvora” en tan homérica noche. María Trinidad Sánchez fallece en el patíbulo a consecuencia de un infame proceso cargado de la pasión más vil.

Doña Ana Valverde (1798-1864) participó en las labores propias de la fabricación de balas para la defensa nacional. También contribuyó, junto con muchos otros patriotas, con su patrimonio para reedificar la muralla que servía de fortaleza frente a la amenaza extranjera.

Doña Filomena Gómez de Cova (1800-1893) trae de Caracas la blanca flor que fue utilizada como símbolo independentista por La Trinitaria y la mujeres patriotas exhibían en su pecho y cabellera. Cuando los reaccionarios antiduartista en la Plaza de la Catedral el 13 de julio de 1844 gritaron: ¡Abajo los filorios!, las mujeres se engalanaron con la blanca flor: ¡la filoria!  

Doña Rosa Montás de Duvergé (1813-1895) acompañó a su esposo, el general Antonio Duvergé, en los campor del Sur donde se escenificaron cruentos combate en pos de la libertad: Ocoa, Las Matas, Cambronal, Cachiman. No fue testigo pasiva. Ayudó en las labores de enfermería apoyó al general Bois  en la difícil tarea de suministrar raciones para las tropas de la frontera.

Doña Froila Febles (1814-1888) y su madre activaron en apoyo a las tropas acantonadas en El Seibo, apoyando a sus esposos Pedro y Ramón Santana. Igualmente sirvieron como correo en los momentos aciago en que el sólo hecho de llevar un mensaje era sumamente peligroso.

Doña Petronila Abreu y Delgado (1815-1904) en compañía de su hermana, doña Altagracia, sacó pólvora y municiones del almacén de su hermano político, el prócer Juan Ravelo y guardaron en su casa para el momento del grito de Independencia en el baluarte El Conde. Doña Rosa Duarte deja testimonio del aporte patriótico de la familia Ravelo en los gloriosos días de febrero de 1844.

Doña Rosa Bastardo de Guillermo (1819-1881) contribuyó con su ganado en el racionamiento de las tropas que lucharon tanto contra Haití, como en la Restauración. Doña Rosa contrajo matrimonio el 20 de noviembre de 1843 en Hato Mayor del Rey, con Pedro Guillermo y Guerrero (1814-1867), prócer de la Independencia y jefe superior de las fuerzas de la Restauración en la región oriental.

Señorita Rosa Duarte y Díez (1820.1888), hermana del fundador de la República y Padre de la Patria, Juan Pablo Duarte. Participe con celo republicano de mucho de los momentos gloriosos, dejo para la posteridad el Diario de Rosa Duarte, testimonio invaluable para el conocimiento de primera mano de los sucedido en años de sacrificio y lamentaciones. Fue parte del elenco en las obras teatrales que se presentaban en el edificio de la Cárcel Vieja, situado al lado del Palacio de Borgellá, frente al Parque Colón, mecanismo de difusión y aquilatamiento de la conciencia sobre la causa independentista.

En 1845 parte al destierro, deportada junto a su madre y hermanos, abandonado así a su prometido Tomas de la Concha quien es fusilado en 1855 junto a Antonio Duvergé.

Dejó de existir la excelsa dama en la ciudad de Caracas el 26 de octubre de 1888.

Doña Concepción Bona (1824-1901), con sólo 19 años de edad, junto a María Trinidad Sánchez, confeccionó la primera bandera dominicana.

María de Jesús Pina (1828-1858) cooperó en la confección de la primera bandera nacional, o sea la que fue izada por Francisco del Rosario Sánchez en el Baluarte la noche del 27 de febrero de 1844. Hija de don Juan Pina, quien fue uno de los firmantes del Manifiesto del 6 de enero de 1844 y participe de la noche gloriosísima del 27 de febrero. Padre del trinitario fundador Pedro Alejandrina Pina. Así que María perteneció a una familia comprometida con el ideario independentista y duartiano de la República.

Este breve relato lo hemos basado en la obra de Vetilio Alfau Durán, Mujeres de la Independencia, editada por el Archivo General de la Nación en Santo Domingo, 2009, y como un homenaje a quienes dieron lo mejor de sí en el aciago momento en que se miden las almas ganadas para la grandeza.

La Respetable Logia Masónica Estrella de Oriente 56, situada en Santo Domingo, realizará un cine foro el martes 3 de marzo, 7 PM, en el salón de audiovisuales de la Gran Logia de la República Dominicana, ubicada en la calle Arzobispo Portes 554, Ciudad Nueva. Este hermoso homenaje es para todo público y es una contribución a la divulgación del valor de la mujer en tiempos que el derecho a una existencia digna se pretende conculcar con practicas primitivas.

 Isidro Toro Pampols

Asesor en cooperativismo en el IDECOOP. Reside en Santo Domingo.

Feb 2020