jueves, 25 de junio de 2020

Talento joven sin fronteras

El 12 de agosto de cada año se celebra el Día Internacional de la Juventud, como resultado de una resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Destacar dicha fecha tiene por objetivo, entre otros, concentrar la atención en este importante grupo poblacional y subrayar las dificultades y oportunidades que confrontan.

Los países de Hispanoamérica cuentan con un porcentaje importante de población joven, quienes deben ser incluidos en los programas de desarrollo y debe abrírsele causes para que en este mundo globalizado, puedan conocer experiencias útiles tanto para ellos como para la nación, en medio de tanta bazofia que hay en las redes.

La juventud en ningún país es uniforme. Es un crisol donde se amalgaman sueños y realidades, por lo que debemos entender y atender con especial solicitud. Diseñar una política pública dirigida a la juventud exige tomar en cuenta el contexto, entorno, bagaje, capacidades, necesidades y oportunidades con los que cada joven cuenta. También hacerle comprender, mediante una dinámica interactiva, las necesidades a corto, mediano y a largo plazo del país. De que el cambio al que se aspira, sin ellos se hace difícil, porque son agentes fundamentales en el proceso y beneficiarios directos del mismo.
Millones de dominicanos viven en el exterior. Esta realidad aporta la ventaja de la biculturalidad al tiempo que tienes sus bemoles. Hoy la tecnología nos conectan con nuestros paisanos, sin importar donde se hallen, también con personas de otras nacionalidades, produciéndose un encuentro que en ocasiones deviene en desencuentro. Ejemplo de ello lo tenemos en las sociedades europeas donde jóvenes se han incorporado a grupos que enfrentan a la cultura de la civilización occidental.
La juventud tiende a romper barreras e incorporarse a la sociedad del conocimiento. Debemos procurar que ese ímpetu por desarrollar el importante concepto del talento sin fronteras, sea encausado en función de los altos objetivos nacionales y para ello es cardinal construir asociatividad donde los jóvenes tengan espacio para sus inquietudes y al mismo tiempo se les muestre tanto la realidad como la posibilidad que tenemos de crecer como país y en qué medida su actitud y su chispa energizante para alcanzar el conocimiento y la experticia para el logro, sea también útil para su familia, su comunidad y su país.
Este mes de agosto también es tiempo para evaluar los alcances del Programa de Acción Mundial para los Jóvenes (PAMJ) aprobado desde 1995 por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), tanto en el hemisferio como en nuestro país.
El autor es Isidro Toro Pampols, consultor organizacional, asesor del Idecoop.