jueves, 25 de junio de 2020

Factores claves de la asociatividad

Comenzar un emprendimiento exige tener claro una serie de conceptos sobre el trabajo asociativo y presente recomendaciones basadas en experiencias nacionales e internacionales, como punto de partida para el proceso de la labor en conjunto con miras de futuro.
Los emprendedores deberán contar con conceptos y herramientas para identificar el potencial de su agrupación y adelantar la incorporación de individuos u organizaciones o establecer alianzas estratégicas, que coadyuven al logro de los objetivos planteados.

En el campo de la economía y en la economía social en particular, las empresas muestran en muchísimos casos bajos niveles de competitividad, producto de factores críticos que son parte de la cultura organizacional y los mismos se han anidado transformándose en paradigmas y modelos mentales los cuales se levantan como grandes obstáculos a vencer para que asociaciones como las cooperativas, mipymes u otras que participan en el mercado capitalista, puedan crecer  en una realidad que implica una dialéctica empresarial cuya exigencia se aborda con decisión o, en el mejor de los casos, se vegeta en una caricatura de organización.
El mayor limitante de una empresa no es su tamaño, sino su capacidad de hacer negocios y si en sus firmas no pueden satisfacer esas demandas, pues allí está la asociatividad como un recurso bueno y valido para sortear los escollos y adelantar emprendimientos exitosos.
El fin de cualquier organización es sobrevivir para poder cumplir sus objetivos, sean estos mercantiles, culturales, sociales, políticos, deportivos, entre otros. De allí que los emprendedores deben tener presentes que las tareas exigen un nivel importante de compromiso, persistencia y disciplina. Para lograr avanzar hacia el éxito, se requiere integrar los siguientes factores claves:
Primero la colaboración, que es el convencimiento de que cada quien, aun manteniendo su autonomía, trabaja sobre la base de compromisos y con planes de acción desarrollados en conjunto. Segundo, la cooperación, como factor esencial ya que se establece una relación cercana de interdependencia con el otro. El éxito en alcanzar un objetivo depende de la participación de todos sus miembros. Tercero, trabajar en equipo. El esfuerzo mancomunado de cada unidad personal u organizacional, se verá reflejado en los resultados de las labores del grupo y los logros, el premio compartido y su distribución equitativa es uno de los mayores incentivos. Cuarto, la coordinación, en cuanto a la organización de esfuerzos, planificación de actividades, definición de resultados, estimación del tiempo, distribución y división del trabajo. Unir voluntades, iniciativas y recursos es el quinto factor, con la plena consciencia de que trabajar en función de los objetivos comunes es fundamental para alcanzar el triunfo idealizado. Finalmente, toda planificación debe estar bien concebida en cuanto al horizonte de la misma, lo que implica procesos a corto, mediano y largo alcance, que a su vez involucran un gran compromiso, persistencia y disciplina, que sin ello, el éxito será harto difícil de alcanzar.
Es necesario tener siempre presentes estos factores para alcanzar los objetivos planificados. De no hacerlo, la asociación es una unión de buenos deseos que fracasará más temprano que tarde.
Isidro Toro Pampols. El autor es consultor organizacional, asesor del Idecoop y directivo de Construyendo Asociatividad.